
Eran como las 15:00 hrs. no recuerdo el día, simplemente me empecé a sentir mal, primero con mareos, luego con fuertes dolores de cabeza, son sensaciones que sobrepasan los límites del dolor, las causas no las contaré, solo les diré que son momentos en que pides morir como única solución a los dolores, éstos era cada vez más intensos, sólo que quedaban fuerzas para llegar luego a una clínica de urgencia, pedí a gritos que me quitaran el dolor, me recostaron en una cama, me tomaron la presión, me revisaron los ojos, la temperatura, lo de siempre, y, yo esperando un milagro, hasta que por fín me inyectaron.
Media hora despúes, ya no tenía nada, si me dijeron que me quedara un rato más para observarme, y así lo hice, sin embargo empecé a mirar todo nublado, el cuarto se me daba vueltas, no escuchaba nada, tenía ganas de dormir, ya no tenía fuerza, mi cuerpo no respondía a nada y mi mente quedaban en blanco, pero algo increíble, empecé a observar a unas enfermeras que me aplicaban golpes eléctricos, pero yo no sentía nada, ya no estaba ahí, pensaba esto debe ser un sueño, de repente veo un gran embudo negro, pero de gran luz, y ahí estaba alegre, tranquilo, me daba su mano me abrazaba, y yo solo atinaba a llorar, como podía ser posible esto, tan real, me dijo no tengas temor, soy yo, estoy bién, y tú también lo estarás, debes ser fuerte, a donde estoy yo, aún falta para que llegues tú, solo te voy a decir que yo te estaré esperando y siempre estoy contigo.
El era mi padre, que murió hace 4 años, tenía cáncer y solo estuvo vivo hasta que llegue al hospital, me vió y cerro sus ojos, no pude despedirme, quizás eso ha hecho tener este sueño, pero mi gran sorpresa fue que desperté en la clínica y el médico me dijo que estuve en coma producto de una reacción alergica generada por un medicamento que se me suministró para calmarme el dolor de cabezas.
He querido contar esto, por dos motivos; uno, yo no creo en estas situaciones, siempre he sido una persona pragmática, pero esta experiencia me ha hecho meditar mucho lo sucedido y he querido compartirla con ustedes como una forma de buscar una explicación más lógica y otra, decir que la muerte no es el término de nada, sino que el comienzo quizás de la verdadera vida, aquella en que los males de la humanidad quedan atrás.
Mi dolores continuan, pero ya no son un problema, solo me recuerda que somos muy débiles y el paso a otra existencia es inevitable.