SOMOS UNOS JAGUARES ? .....POR FAVOR ¡

Se dice que alcanzamos una cifra record en materia de "femicidio". Si bien el concepto es algo impreciso, insinúa que el riesgo de muerte se debe a la condición femenina, y que el causante es un hombre con alguna clase de relación sentimental distante, próxima, real o no. Todo esto es realmente trágico y vergonzoso para nuestra sociedad, pero los comentarios acerca de las causas de los crímenes y de qué es posible hacer para enfrentar estos hechos de una pobreza paupérrima, de acuerdo a las diferentes visiones que se tiene, desde que se soluciona con estampar la denuncia, ratificarla y yéndose a vivir a los hogares de acogida, menos diagnosticando que no se trata que haya más homicidios de mujeres, sino que ahora se denuncian más. ¿Entonces, por qué suceden los asesinatos de las mujeres?. Se trata de la dinámica perversa entre el nihilismo y la necesidad de tener normas que regulen la sociedad.

A ver, si el nihilismo es la fe en nada, esta es una sociedad nihilista, puede haber buenos indicadores de desarrollo económico, de salud, de esperanza de vida, de disminución de la pobreza, etcétera, pero es indudable que gran parte de la población siente que vive en la precariedad del empleo, y que no nos ha llegado ese éxito del cual tanto se habla. Que íbamos tan bien y a la vuelta de la esquina nos esperaba la recesión económica Internacional, la derrota futbolística, el terremoto, la sequía, las demandas limítrofes, la caída de un avión y, como se espera en estos casos de ambientes amenazantes, nos refugiamos en la familia. Porque todas la escuestas muestran que los chilenos valoramos mucho la familia, aunque otras fuentes serias muestran que también la familia es fuente de infelicidad.

En el mundo fuera del hogar reina la nada, incertidumbre, el cambio amenazante, todo es una selva donde nadie respeta nada, donde podemos ser agredidos, estafados, violentados y robados. La misma noción de realidad se ha extinguido, mejor dicho, le idea de orden, pues todo podría devenir al caos. Y por favor amigos, esto no es una digresión abstracta, filosófica o científica, es una cuestión cotidiana que nos afecta a todos, cualquiera sea nuestra posición en la sociedad nacional, a todos nos puede ocurrir que la vida se nos evapore, nos pueden abandonar el cónyuge, traicionar un amigo, cambiar de religión porque la que tenía ya no satisface mis expectativas, nuestras ideas políticas se pueden volver irreconciliables en los partidos que las defendían, nuestros proyectos de familia de quiebran porque me dí cuenta que ya el amor se esfumó y nuestros hijos se pueden torcer en su proceso de crecimiento, por tanto tememos que nos pueda pasar lo peor, porque vivimos en una sociedad del riesgo que para los que son más débiles o sensibles se ha tornado en la sociedad del miedo, quien pensaría que nos caería un avión encima, que mi polola me viene a visitar y termino con un balazo en la cabeza, que mis hijas sean asesinadas por un sicópata que vivía al lado de mi casa.

Pero a esta sociedad no llegamos por casualidad, aunque se nos haga creer lo contrario. Es el resultado de años de demolición de las bases societales, de las instituciones sociales, los hacedores de políticas progresivamente dejaron de estar en sintonía con la sociedad, se volvieron una elite autorreferente y soberbia, por un lado por ejemplo se pide mano dura y hasta la pena de muerte para los asesinos de niños y mujeres y por otro lado la reforma procesal penal se declara garantista, lo que aplicado a la comisión del delito es una impunidad para los delincuentes y una frustración para las víctimas, esto lo reproducimos en la educación con sistemas cada vez más distanciados entre lo que es y lo que debería ser, educación para primer, segundo y tercera categoría, con profesores marmicos, es decir, con un aprendizaje de fin de semana.

Ya, como me puse latero, solo agregar que para terminar la idea, planteo que el nihilismo es carencia de sentido, nada vale la pena, no hay ideales,y todo da y vale lo mismo, es la así llamada posmodernidad en donde el límite entre el bien y el mal no existe, todos hacemos en ello, cuando mentimos sin motivo, engañamos sin propósito a quienes nos aman..

Además los chilenos pateamos la perra, nos desquitamos de las ofensas y abusos recibidos con aquellos que son más débiles que nosotros y que por supuesto, no nos han agredido, reproducimos la humillación recibida y nos vengamos oblicuamente, y algunos más rudimentarios castigan a sus hijos y mujeres, les imponen normas de funcionamiento en un mundo que abomina de norma y autoridad, y se instala un orden familiar en la pareja y en el hogar por medio de la violencia física, económica, psicológica y terminamos odiando la familia y todo lo que alguna vez intentamos construir.